El testimonio
- Aprendió con el maestro de campo llamado Reina y con Fausto Ruiz Galán.
Yo no fui nunca a la escuela. Aprendí con varios maestros de campo,
principalmente uno llamado Reina, que era de la zona de Mondrón. Este
hombre era de izquierdas, estaba muy señalado y no era bien visto. En
aquellos tiempos, eso era suficiente para ser perseguido.
Fausto llegó por la Alta Axarquía hacia 1966, cuando yo ya tenía 19
años. Calculo que entonces tendría unos cincuenta y cinco o sesenta
años.
Paraba en casa de mis padres, dormía y le daban de comer. Nos daba
clases a mí y a una hermana mayor, de 21 años. Como se alojaba en mi
casa, a mis padres no les cobraba; a otros supongo que sí.
Impartió clases en los cortijos y casas diseminadas situados en la
unión de los términos municipales de los pueblos de Alfarnatejo y
Riogordo, provincia de Málaga, en los lugares conocidos como Sábar,
Majiaza, Cigarreras, etc. de la comarca Alta Axarquía.
No parece que Fausto tuviera familiares cercanos, aunque sí recibía
cartas. Él manifestaba que era de la provincia de Cádiz. Era un hombre
muy preparado y con buenas dotes pedagógicas. Recuerdo que sabía
bastante de cuentas, y nos enseñó a calcular el precio de los animales a
vender, según las arrobas y libras que pesara (pues hasta que él llegó
no sabíamos hacerlo cabalmente).
La gente suponía —solamente suponía—que había sido militar o ejercido
alguna otra profesión importante, pues su preparación excedía de lo
habitual en los maestros itinerantes que daban clases por los cortijos.
Al año y pico de llegar Fausto se fue y no volvimos a saber de él. Mi
madre me contó hace poco que ella le sugirió que se marchara, pues la
Guardia Civil lo buscaba. Su presencia aquí se consideraba un poco
enigmática, y al tiempo dejó un buen recuerdo.
MÁS INFORMACIÓN AQUÍ
No hay comentarios:
Publicar un comentario