Reina de las fiestas de la Tercera Edad Carmen Mostazo Fernández, junto a su Rey José Jiménez Fernández, primera dama Francisca Frías Luque, y segunda dama María Luisa Rodríguez Ferrer.
Reina de las Fiestas en honor a San Fernando Rey 2022 Laura Moreno Zamora, primera dama Tania López Godoy y segunda dama Saray Caro Molina, acompañadas del Míster Mondrón, Ismael Moreno Torregrosa.
Imagen grupal junto a la Charanga y Mayordomos 2020/2022 junto a vecinos de la aldea.
Banda Municipal de Música de Periana.
En esta imagen podemos contemplar el baile que los tres tronos ejecutan al ritmo de la Banda de Música de Periana.
PREGÓN SAN FERNANDO 2022 REALIZADO POR RAQUEL PASCUAL FERRER.
Buenas noches a todos, señor Alcalde, mayordomos, familia, vecinos y todo visitante que se ha acercado a disfrutar de esta noche mágica que nos brinda nuestro patrón San Fernando Rey.
Ante todo presentarme para quien no me conozca, soy Raquel Pascual Ferrer, nieta de Ferrer, y de Lola de Ferrer, sobrina de Cristina del de las bombonas y de Loli, hija de Mari Carmen y José Antonio, alias el comunista.
Hace unos dos años y medio, estos pedazos de mayordomos, en concreto Eva, me comunicaron que les gustaría que me encargarse de dar el pregón del 2020, fue algo que me pilló por sorpresa, de hecho me entraron las ¡siete cosas! pero, por supuesto acepté encantada. Las circunstancias que todos conocemos, nos hicieron estar dos años sin poder dar paso a nuestro patrón, ni a San José ni ala Purísima, pero hoy gracias a Dios la vida sigue y aunque está más loca que nunca podemos estar juntos aquí, oyendo como retumba la música y revientan los cohetes, viendo como se agitan las banderitas y como se derraman lágrimas en silencio, ¡Cuánto se echaba de menos ese Paquito! ¡los pasodobles de Ismael! ¡Las congas y las charangas!
Esta noche voy a ser yo misma y os ruego que perdonéis mi falta de experiencia ya que no estoy docta en estos menesteres pero lo haré con todo mi corazón y el cariño que proceso a San Fernando, a Mondrón y sobre todo a sus aldeanos.
Hoy ya casi 30 de mayo, un día mas en el calendario para la mayoría de las personas, pero para los que sentimos de una manera que ni yo, persona que necesita razonar y buscar un porqué a todo, puedo explicar, es un día en resumidas cuentas de devoción, entrega, cariño, meditación…
Desde que tengo uso de razón el día de San Fernando nuestro patrón, es un día que se vive con trasiego, entusiasmo, emoción… Nuestra misa de honor, engalanar los tronos para su procesión, encontrarnos con gente que queremos pero vemos mucho menos de lo que nos gustaría, momentos entre muchos otros, que recuerdo desde muy niña viendo a mi abuela, mi madre, mis tías con nuestros santos.
Fui creciendo y a la vez fue creciendo mi amor por este día y por rendir culto a San Fernando y portar la Purísima, cosa que llevo haciendo unos 20 años. Este año por mi estado no ha sido factible, pero el año próximo si dios quiere estaremos dando baile a nuestros santos con un miembro más en la familia. Aunque este año la purísima se viste de luto. Su portadora de la eterna sonrisa, mirada bondadosa y mejor persona Mari deja su puesto libre, pero estará presente en cada paso, en cada baile en la molina y en cada viva la purísima por siempre, de ello estoy segura.
Hacer un pregón no es nada fácil, si lo que se pretende con él es calar en el sentimiento de un público que más o menos, es cercano a una, que espera oír algo que no sabe o recordar aquello con lo que se identifica, llevándolo así, con cariño a tiempos ya pasados, con la nostalgia producida por el paso de los años. Ciertamente para mí es un orgullo estar aquí esta noche, ya que son escasas ocasiones las que tiene una apasionada de su aldea para proclamar a los cuatro vientos lo que ha vivido y siente, por el lugar que la vio crecer. Dicho esto deseo transmitirles las dos cosas que busco con este pregón:
La primera que provoque en todos los mondroleños un toque en su corazón que les haga sentirse aún mas orgullosos de la comunidad que forman.
Y la segunda que todo visitante se sienta afortunado de compartir estos momentos con todos nosotros y no dude en volver una y mil veces más porque Mondrón y sus fiestas lo merece.
He tenido mucho tiempo para pensar que contarles, que no os resulte tedioso y que consiga transmitir todo lo que Mondrón y San Fernando representa para mi… puesta manos a la obra acudían a mi cabeza un cúmulo de ideas, sentimientos, vivencias, personas, recuerdos… Son tantas las cosas que pasan por mi mente que necesitaría una noche entera dándole a la sin hueso para transmitir todo lo que quiero. Así que después de mucho pensar… lo que más ronda en mi cabeza son los recuerdos, que aunque día a día, mes a mes, año a año el tiempo pasa y va madurando a las personas y renovando a los pueblos, hoy vamos a recordar, porque recordar es volver a vivir, es volver a pisar lo pisado, a sentir lo sentido y a disfrutar lo disfrutado…
Mis mañanas empezaban despertándome con el olor a café negro de pucherillo. Ese café que mi abuela engañaba con muchísima agua por mi edad, y que lo acompañaba con unas migas de pan preparaditas por mi abuelo, emborrachaditas del mejor aceite del mundo… da igual si hojiblanca, picual o verdial …¡no abramos debate por eso! sea cual sea, el mejor el de ¡Mondrón! Cierro los ojos y madre mía consigo olerlo y saborearlo.. Ya bien desayunada y con muchas pilas para gastar comenzaba mí día, siempre había algo que hacer.
Mis andanzas casi siempre empezaban con Paquito si no había una camada nueva de conejos para ver nacer lo era de gatos o perros, o la eclosión de algún pañuelo o paloma. ¡Cuánto me enseño sobre animales! ¡cuántos partos asistimos! las horas y horas pasábamos allí, siempre muy cerquita se encontraba Teresa, que hoy ya no está y que tan buena persona y vecina fue, haciendo los mejores chicharrones del mundo… nadie puede decir que existan otros mejores y si lo dice es porque nunca los probó. Mamen, Tere, Mondrón es tan especial como es por la hermandad que os une como vecinos, aunque yo esté lejos sé lo que ayudáis a lo que más me importa de Mondrón, que es mi abuela, gracias, porque habéis mamado de la mejor cuna, la de Teresa y Salvador, esa bondad hacia el prójimo que hace que a pesar del tiempo esta aldea no pierda su esencia.
Otras veces me unía a las excursiones con la familia Ranea, puedo decir que junto al bar Cuenca era mi segunda casa, el verano se pasaba casi entero en su piscinita de plástico que ponía en el patio, pasábamos las horas y horas buceando encontrando pinzas de la ropa.
En tiempo de las almendras allí iba Raquel con ellos, que comida más rica hacía Lucía, madre mía, sabía a gloria después del calor que se pasaba con esa ropa de manga larga para que la pelusilla de las almendras no se metieran hasta el sentío. Mi custodia estaba compartida entre la abuela y Lucia, la de noches y noches que dormía allí.
Y… quien no recuerda la primera vez que monté en bici… Manuel Díaz con mucha paciencia cuando iba cayendo el sol de la tarde se ponía detrás del sillín en la puerta de su casa y vuelta para arriba y para abajo conmigo…¡Qué abrazo más grande le di cuando me dio la L! , ya no se si por tener la cintura baldada después de días de entrenamiento o porque ya era merecedora de correr en solitario. Otro gran hombre que marcó un antes y un después en el mundo del aceite, en Mondrón y en sus gentes por su ternura y amabilidad… y en lo que a mi respecta por ser el mejor personal trainer.
Otras mañanas si era día de recoger cosecha como yo decía, me iba con el abuelo al huerto, que le gustaba tenerlo preparadito, curioso, todos los que lo conocían lo saben, sin una mala hierva parecía que ordenaba las verduras casi por orden alfabético, tenía su retiro para pintar un cuadro. ¡Cuántos consejos me dio antes de que su enfermedad le impidiera hablar!, qué lástima que se fuese sin poder transmitirme mucho más. Seguro que hoy se hubiese sentido feliz y orgulloso como lo estamos yo y mi familia de él…
A la hora de la tapita, no podía faltar el paseo por mi querido Bar Cuenca, que tanto cariño me han dado y que tan importantes son para mi y por supuesto para Mondrón, son sus repobladores oficiales, han aumentado la natalidad un 150%, de la mejor calidad humana. Trabajadores, cariñosos, siempre con su sonrisa y su disposición para ayudar a todo lo que se presente. Muchos valores aprendí en ese hogar, entrega, sacrificio, trabajo duro, cariño, risas, cachondeo… me tiraría todo el día hablando de ellos, de cuando me enseñaron a limpiar calamares para la comunión de Ángel el sobrino de Elillo y yo decía ¡madre mía! como no los deje bien limpios los invitados ¡se van a jartar de plástico!. De las veces y veces que entraba y aun entro y pincho la mejor lechuga del mundo, en eso estaréis todos de acuerdo, y por favor el que no la haya probado que se pase al acabar estas palabrillas. De los ratos que se pasaban pelando patatas antes de que fuese un bullicio de gentío el bar. De las horas que me pasaba sentada en la cama de Belén mientras se arreglaban para irse a noviería. De las nochebuenas antes de que mi abuelo falleciera, lo que se cantaba y bailaba. Del miedo que pasé al ver una primera borrachera de Ani, Cristina, Toñi y compañía, madre mía, creía que se morían.
Bendita infancia que me disteis, ¡gracias familia!. Dicen los expertos que el adulto del hoy es en gran parte reflejo del niño del ayer, me siento una adulta realizada, trabajadora, feliz, con ganas de ayudar al que lo necesite, gracias de verdad mondroleños por haberme dado esa infancia.
Ya por la tarde, cuando no estaba en el super de Mari de Juani, donde me encantaba estar jugando con Rubén, estaba al fresquito bajo el limón de mi abuela, siempre entretenidas con todos los vecinos que se paraban para echar un ratito de charla. La más especial María Teresa, siempre con sus avionetas y sus cohetes, la dulzura que transmitía, el cariño con el que me trataba, ¡daba gusto ver sus ojos brillar cuando hablaba y hablaba de sus cosas!, me regaló una pulserita de conchitas de plata y piedrecitas turquesas que guardo como un gran tesoro. Otra persona que solía sentarse en casa y charlar mucho rato era Pepe la Vitoria, lo que me impresionaba con su pantalón de pinzas pulcramente planchado y doblado con un imperdible en su muñón, me explicaba cosas sobre el azúcar, la tensión y verlo poner inyecciones a la gente ¡me rechiflaba! creo que en parte gracias a él me salió mi vocación por el área sanitaria. Don Segundo también solía pasar por allí y echar el ratito, nadie con más salero que él para dar el repiqueteo a las campanas de la iglesia. Otras veces lo veía en esa escuela de verano improvisada que tenía en el área de la zona de adultos, gran maestro, gran devoto y gran amante de Mondrón y sus aldeanos, siempre dispuesto a ayudar en lo que sea necesario.
Antonia de Prevenio, Rosario, Nati ( donde mando un guiño especial al cielo por tu dulzura y cariño que siempre nos has trasmitido a mi familia) y otras muchas que pasaban el ratito entre receta y receta o consejos florales…
Otras veces salíamos al paseito, los más largos nos llevaban hasta el cortijo Benítez, otra gran familia que era muy atenta y nos trataba con mucho cariño, quien no se ha bañado alguna vez en su alberca, ¿verdad?. Otros más cortos consistían en darle la vuelta a la fuente, siempre haciendo parada en la casa de María pocas libras, ¡qué me gustaba su alegría, sus labios muy pintados y sus uñas siempre tan bonitas, largas y perfectamente pintadas! es imposible no recordarla sin esbozar una sonrisa, y lo que le gustaba bailar en las fiestas!. Antes de llegar allí siempre nos encontrábamos a los niños de Mari Carmen de Amparo, hoy ya todos adultos, buenísimas personas y los que mejor definen esa esencia que tiene Mondrón. Otra parada obligada era en las primas Teresa y Carmen de Juanillo, daba igual la hora que fuese que para ellas siempre era hora para darme de comer, eran personas extraordinarias y muy serviciales. Ya casi llegando a casa de nuevo la última parada era en casa de la Dolores de Pepe Diaz, que mayor me siento al recordar esa centralita de teléfonos y llamar desde allí a mi madre para ver que tal estaban y decirle que si me podía quedar unos poquitos más de días en Mondrón, por favor.
Pero lo que me gustaba sobremanera era la noche de Mondrón, al llegar la noche Mondrón era especial, todos los vecinos sentados al fresco, charlando animados, contentos, era una estampa que siempre quedará en mi recuerdo y que me llena de nostalgia y de orgullo. No se si recordáis conmigo esos helados únicos que hacía Mamen de cubiletes metálicos que eran de fresa y de natillas…¡qué maravilla! por la noche todos disfrutaban de ese helado y las calles se llenaban de niños que jugábamos al escondite, al pilla pilla, a derribar salamanquesas o cualquier cosa que nos inventáramos… gracias Lupe, Eva, Rubén, German, Inma, Mari Carmen, Rocío, Vanesa, entre otros muchos más y gran cantidad de catalanes y más veraneantes que hacían que la noche fuese divertidísima…A veces decidíamos comer pipas aquí mismo en la puerta de la iglesia, para hacer enfadar a mi abuela, ¡madre mía que rebotes pillaba porque ensuciábamos la puerta del señor! abuela te pido hoy disculpas públicamente de parte de todos, no era nada de recibo. Otras veces andurreabamos por el carril de detrás de la casa de Don Segundo hasta la Molina y vuelta para arriba otra vez hasta el cruce de la carretera, siempre en gran pandilla.
Todos estos breves recuerdos entre muchos otros que dejo en el tintero hicieron que tuviese una infancia que no la cambio por ninguna otra, gracias mondroleños, muchos de los que marcaron huella en mi corazón, tornearon mi personalidad e hicieron que la Raquel de hoy se sienta orgullosa de esta aldea y de su gente ya no están, ley de vida, pero lo que si estáis, deciros gracias y que sigáis siendo la familia que sois el pueblo entero, donde el cariño entre vosotros siempre se percibe y la hospitalidad no tiene fin.
¡VIVA SAN FERNANDO! ¡VIVA SAN JOSÉ! ¡VIVA LA PURÍSIMA! ¡VIVA MONDRÓN Y LOS MONDROLEÑOS!
San Fernandito preparado salir por las calles de Mondrón a hombros de los más pequeños, junto a él posan los Mayordomos de Mondrón 2020/2022.
Los más pequeños disfrutaron de la procesión portando a hombros a San Fernandito, una tradición que comienza arraigándose en los más pequeños.
MAYORDOMOS 2020/2022
ISMAEL MORENO TORREGROSA
EVA RANEA DÍAZ
GUADALUPE RANEA DÍAZ
DANIEL MOLINA CARO
RUBÉN LÓPEZ GARCÍA
MARÍA DEL CARMEN MADRID VALVERDE
JOSÉ MANUEL MATEOS MADRID
MARÍA DEL CARMEN MATEOS MADRID
MARÍA INMACULADA MATEOS MADRID
JOSÉ RUBÉN ARROBA MOLINA
El lunes 30 a partir de las 19:00 horas tuvo lugar la misa en honor a San Fernando Rey oficiada por el Párroco D. Sergiu Antal acompañados del Coro Rociero "Camino de Olivares", al finalizar ésta se nombraron a los Mayordomos 2022/2023 y los más pequeños de la localidad portaron a hombros a San Fernandito y acompañados de algunos miembros de la Banda Municipal de Periana recorrieron las principales calles de Mondrón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario