jueves, 7 de julio de 2011

Las cencerradas o cencerrazos por Segundo PASCUAL TOLEDO.



Aunque estaba prohibido, los vecinos del pueblo se reunían para darle el cencerrazo a la nueva pareja.



LAS CENCERRADAS O CENCERRAZOS

En aquellos ya lejanos tiempos eran muy frecuentes las famosas cencerradas que se daban durante varias noches en las portadas de las casas donde habitaban dos recién casados, unos de los cuales o ambos a la vez , marido o mujer, habían sido viudos. No importaba para ello que estuviesen prohibidas en España nada menos que desde el siglo XVIII… La RAE las define como “ruido desapacible que se hace con cencerros, cuernos y otras cosas para burlarse de los viudos la primera noche de sus nuevas bodas.” Si condescendían, confraternizaban con ellos y no mostraban enfado, abrían la puerta, eran amables e invitaban a dulces, aguardiente o coñac a los asistentes, allí daban por terminada la cencerrada, cencerrazo o campanillada, que de las tres formas podía llamarse… Pero si observaban enfado, altivez, irritación o malos modales, entonces los visitarían durante varias noches más, y sobre todo, si pretextaban un viaje de novios para ausentarse de la localidad hasta cuando hubiese amainado el temporal.
En este caso, aunque la duración del mismo fuese tan larga como la primera vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano, al regreso les esperaban los cencerros, esta vez con más virulencia, si cabe, que si no se hubiesen ausentado. Esta antisocial y bárbara costumbre fue desapareciendo con el tiempo, sobre todo, a causa del éxodo rural del campo a las ciudades en los años cincuenta y sesenta, pues eran los más jóvenes los que solían organizar las cencerradas, y también, obviamente, los que más emigraron…No hay que olvidar tampoco el mayor grado de tolerancia, civismo, madurez y cultura social que el pueblo había alcanzado… Hoy, en la concepción moderna de la vida, se considerarían estos comportamientos atentatorios contra los más elementales derechos humanos, y serían, no cabe la menor duda, penalizados sin paliativos…

El ruido solían hacerlo, primordialmente, con cencerros—de ahí su nombre—silbatos, latones golpeados por palos, sartenes, cazos, panderetas, caracolas. etc. La virulencia y duración de “las cencerradas o cencerrazos” dependía mucho de la situación de los recién casados. Podían darse dos situaciones posibles:

--- Hombre viudo con mujer soltera o viceversa.

----Hombre viudo con mujer viuda.

De estas dos situaciones posibles, la primera parece ser la que más irritaba o exacerbaba los ánimos. ¿Por qué?. No lo sé, pero así sucedía en la mayoría de las ocasiones. Tal vez fuese porque a los jóvenes les irritara que una soltera se uniese a un hombre viudo, restándole a ellos una posibilidad de matrimonio con una mujer de su mismo estado…La psicología humana no siempre es fácil de entender. Creo fue el francés Pascal quien dijo aquello de que “el corazón tiene razones que la razón no comprende”. Y es verdad. Así nos sucede muchas veces…

Recuerdo perfectamente los nombres de las dos personas (viudo él y soltera ella) a quienes, en nuestra comarca, se les dedicó el último cencerrazo. Pero omito esta información por respeto a la memoria de ambos, dos excelentes personas, ya fallecidas, y buenos amigos de quien esto escribe.



Segundo PASCUAL TOLEDO


02/07/2011.


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